La ley de la oferta y la demanda. Dejando a un lado los gastos propios de llegar al destino donde se celebre la feria y la tasa que tengan que pagar al Ayuntamiento, los puestos de comida de los que hablas tienen comida disponible para ti (recuerda calentita y recién hecha) a un horario en el que no puedes ir a ningún sitio a comprar. Ante la falta de rivales con precios más competitivos tienen un mayor margen para inflar los precios y la demanda a tales horas de la mañana y con el desgaste físico que supone una buena fiesta no está como para regatear. La calidad de lo elegido tampoco va a ser muy cuestionable mientras sacie el apetito.
Se juntan una serie de condiciones. Por un lado en una fiesta la gente sale con más dinero, por tanto estará dispuesto a pagar más por las cosas, algo parecido a que en los barrios de clase alta las cosas son más caras... También es cierto que los costes (salario de trabajadores en fiestas, tasas, montaje...) son más altos, per si la gente no estuviera dispuesta a pagar un precio elevado, ante unos costes altos preferirán intentar vender más cantidad a un precio menor. En una simple frase; se aprovechan de que saben que van a vender el producto que tienen.
La ley de la oferta y la demanda. Dejando a un lado los gastos propios de llegar al destino donde se celebre la feria y la tasa que tengan que pagar al Ayuntamiento, los puestos de comida de los que hablas tienen comida disponible para ti (recuerda calentita y recién hecha) a un horario en el que no puedes ir a ningún sitio a comprar. Ante la falta de rivales con precios más competitivos tienen un mayor margen para inflar los precios y la demanda a tales horas de la mañana y con el desgaste físico que supone una buena fiesta no está como para regatear. La calidad de lo elegido tampoco va a ser muy cuestionable mientras sacie el apetito.
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